Cuando D’Angelo lanzó Voodoo, su obra maestra, al final del siglo XX (y cinco años después de su debut, Brown Sugar), era claro que había evitado la famosa maldición del segundo disco para convertirse en un músico deseoso de honrar su pasado mientras seguía sus impulsos artísticos. En ese momento, el neo-soul era una alternativa al hip-hop y R&B comerciales de los 90. Voodoo representó su cúspide: un mosaico de innovación negra con fragmentos de blues, jazz, soul, funk y góspel, sazonado con sentimientos humanos que van de la desolación al éxtasis. Los ritmos de este disco proyectan un sentimiento apocalíptico, especialmente cuando sobrepasan los seis minutos de duración. El sencillo más conocido del álbum, “Untitled (How Does It Feel)”, avanza con un ritmo seductor y su cover de “Feel Like Makin’ Love” de Roberta Flack es universal. Los instrumentos juegan un papel crucial, junto al característico falseto de D’Angelo. Si Brown Sugar fue una fogata controlada, Voodoo es un incendio forestal de pura experimentación; un buen balance entre la improvisación y la mesura de un genio inigualable.