Potro de Rabia y Miel reunió por última vez en el estudio a un Camarón de la Isla ya enfermo con Paco de Lucía y algunos de sus colaboradores clave, entre ellos un Tomatito en estado de gracia. Es revelador que la mayoría de los cantes que eligió el cantaor (tanguillos, bulerías, rumbas) sean de palos alegres, como si quisiera burlar un destino inexorable. Frente a ellos, la belleza dramática de la taranta “Se Me Partió la Barrena” suena verdaderamente trascendente. La voz de Camarón no es la de antes, pero mantiene intacto un duende que en 1992 ya sonaba eterno.
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