Surgido de la influencia de bandas como Stereolab, Broadcast debutó con una fascinante colección de elementos sesenteros y visión futurista. Sus sintetizadores analógicos y traviesos efectos de sonido tienen un aire vanguardista, pero las canciones son puro pop clásico. El resultado es un mix psicodélico en el que conviven madrigales medievales, mellotron, clavecines y teclados galácticos. La impecable voz de Trish Keenan, capaz una exquisita calma hasta en los momentos más extravagantes, es el arma secreta de la banda.