Full Metal Village

Afuera pastan las vacas lecheras bajo el cielo de Holstein y en el interior hay pasteles caseros a la hora del café. A primera vista un pueblo ordinario, como hay muchos de ellos en Alemania, tranquilo e idílico – Wacken. Sin embargo una vez al año, en el primer fin de semana de agosto, hay gran acción. Durante estos tres días se celebra el festival "Wacken Open Air". "Wacken rules!" ruge como un grito de batalla, y 40.000 fans del heavy metal con el pelo largo, chaquetas de cuero negras y collares de tachuelas acuden de todo el mundo al pueblo. Han venido para celebrar su música. Colas negras se forman frente al supermercado, en los prados se alinean, hasta infinita distancia, una tienda de campaña junto a la otra y frente al enorme Black-Metal-Stage ondean miles de brazos y cabezas al férreo ritmo de la música heavy metal. Full Metal Village ahonda en el pintoresco y encantador encuentro entre dos culturas y documenta, más allá del temporal evento musical, la imagen de una comunidad rural cuya identidad y cohesión parece inconcebible sin el festival de heavy metal.