Tras el R&B más o menos clásico al que apuntaban las canciones inéditas de la recopilación Journals, Justin Bieber sorprendió a todos con Purpose, un álbum que colocaba al canadiense en el centro del pop actual con su combinación de dance, electrónica y canciones más confesionales que nunca. Skrillex, que produjo la mitad de los temas, es una influencia evidente, pero este es el disco en el que Bieber toma definitivamente el control. Buena parte de las letras tienen un tono de sincera disculpa que muestra el lado más vulnerable de la estrella, como en “Sorry”; y cuando en un sorprendente giro estilístico Bieber canta “Love Yourself” con el único acompañamiento de una guitarra, sabemos que estamos ante un disco llamado a marcar un antes y un después en su carrera.