Desde el primer compás, Yannick Nézet-Séguin dirige con mano maestra el singspiel de inspiración turca de Mozart y sus bulliciosas imitaciones de la música jenízara turca. Durante el viaje para rescatar a Konstanze del harén de Pasha Selim, Mozart nos regala algunos de sus momentos más memorables. Entre ellos, el dueto borracho “¡Vivat Bacchus! ¡Bacchus lebe!” (Paul Schweinester y Franz-Josef Selig en un momento de delirante comedia) y una de sus arias más entrañables en “Wenn der Freude Tränen fließen”, aquí en la soberbia versión del tenor Rolando Villazón. Y quien quiera escuchar una clase magistral de puro equilibrio y destreza vocal no tiene más que ir directamente a la asombrosa “Martern aller Arten” de Diana Damrau, un concierto de 10 minutos para voz y orquesta disfrazado de aria.