Un extraordinario niño prodigio, Lorin Maazel debutó como director de orquesta a los 8 años y trabajó con Stokowski y Toscanini antes de la adolescencia. Nació en 1930 en Francia y tuvo una carrera de más de 75 años, en la que ocupó cargos en muchas de las principales orquestas y compañías de ópera de Estados Unidos y Europa, entre las que destacan la Ópera Alemana de Berlín, la Orquesta de Cleveland, la Orquesta Nacional de Francia, la Ópera Estatal de Viena, la Orquesta Sinfónica de Pittsburgh, la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera y la Filarmónica de Nueva York. En 1960, se convirtió en el primer director judío-estadounidense en presentarse en Bayreuth y regresó para los ciclos de El anillo en 1968 y 1969. También dirigió no menos de 11 conciertos de Año Nuevo en Viena. Su memoria privilegiada le permitió dirigir sin recurrir a partituras y su férrea técnica de batuta produjo interpretaciones de intensidad notable, como demuestran varias grabaciones con la Orquesta Sinfónica de Radio Berlín. También ha grabado ciclos sinfónicos de Mahler (en dos ocasiones), Bruckner, Schubert y Sibelius (el ciclo de los años 60 con la Ópera Estatal de Viena supera a otro posterior de Pittsburgh), así como repertorios menos esperados, por ejemplo Requiem de Andrew Lloyd Webber. Violinista y compositor consumado, Maazel grabó su propio Concierto para violín. Su ópera 1984 se interpretó en el Covent Garden en 2005. Murió en 2014, tras haber sido nombrado director titular de la Filarmónica de Múnich tan sólo dos años antes.