Hasta la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, la carrera del director de orquesta Valery Gergiev, nacido en Moscú en 1953, fue un ascenso constante hacia la eminencia artística. Alumno del legendario maestro Ilya Musin, Gergiev fue director asistente de la prestigiosa Ópera del Kírov, ahora Teatro Mariinski, en San Petersburgo cuando tenía unos 25 años. Una década más tarde, estaba al frente de la compañía y las grabaciones de sus producciones para el sello Philips fueron aclamadas por la crítica: Borís Godunov de Modest Mussorgsky (1873) y Guerra y paz de Prokofiev (1946), entre otras. Estos discos llamaron la atención del público fuera de Rusia y establecieron la reputación de Gergiev como un intérprete temperamental de la música de su tierra. Más allá de la ópera, empezó a ser solicitado para conciertos sinfónicos. Gergiev forjó una relación cercana con la Orquesta Sinfónica de Londres, de la cual se convirtió en director titular en 2007. Mientras que la crítica lo ha descrito ocasionalmente como alguien desprolijo que obvia los detalles más finos de una obra, sus versiones de sinfonías de Prokofiev, Mahler y Tchaikovsky lo confirmaron como un artista consumado. En 2022, su negativa a condenar la invasión rusa de Ucrania provocó su salida de la Filarmónica de Múnich, de la cual era director musical, además de una ola de cancelaciones adicionales. Continúo como director artístico del Teatro Mariinski.