De nuevo acompañado de la guitarra legendaria de Paco de Lucía y el ímpetu del joven Tomatito, Camarón se sumerge en un repertorio dominado por los tangos y las bulerías. Por primera vez, el bajo de Carles Benavent deja sentir su influjo jazzístico, al que contribuyen las percusiones de Raimundo Amador y Rubén Dantas. No es fácil destacar momentos particulares en un disco que está lleno de aciertos, pero “Romance de la Luna” y “Calle Real” son dos grabaciones eternas.