La música secular del compositor italiano del siglo XVII Giovanni Felice Sances es un verdadero hallazgo. En sus partituras, el amor, en su forma más jubilosa pero también en la más desesperada, es el vehículo perfecto para una música vocal de inagotable inventiva. Desde la triste frustración de “Dove n'andrò che non mi segua amor?”, una maravilla en la voz de la soprano Hanna Al-Bender, hasta la dramática “L'infortunio di Angelica”, una pieza en varios movimientos, Sances se revela como un maestro consumado del drama musical. Por supuesto, también ayuda escucharlo en interpretaciones tan expertas y elegantes como las que recoge este álbum.