Tras la resaca del britpop y la rápida combustión de The Libertines, Arctic Monkeys se convirtieron en la gran esperanza del rock británico. Alex Turner, autor de canciones que enlazan con las de grandes cronistas del pop británico como Paul Weller, formó la banda con 16 años, y apenas acababa de cumplir los 20 cuando Whatever People Say I Am, That's What I'm Not los convirtió en un fenómeno internacional. Su debut conecta como pocos álbumes las guitarras serradas del punk con pegada melódica y sensibilidad garagera. Las letras, perfectas viñetas de cotidianeidad adolescente, son la guinda del pastel. Tras un segundo álbum en las mismas coordenadas, Arctic Monkeys encontraron en Josh Homme (Kyuss, Queens of the Stone Age) un colaborador tan improbable como inspirador. Humbug, el álbum resultante de las sesiones que grabaron juntos,apareció en 2009 como un rayo de psicodelia concentrada y guitarras que evocan la desolada grandeza de Black Sabbath. Desde entonces, ninguno de sus trabajos se ha parecido demasiado al anterior, pero todos recompensan la escucha detenida y ofrecen momentos reveladores, del rock de estadio del expansivo AM (2013) a los ecos de jazz en Tranquility Base Hotel & Casino (2018) y los exquisitos arreglos de pop clásico que envuelven el suntuoso The Car (2022).