“Don Omar era nuestro favorito cuando empezábamos. Crecimos admirándolo y siempre habíamos querido hacer una colaboración con él”, decía Jowell a Apple Music sobre “Si Se Tiran”, el tema que grabó junto a su héroe de adolescencia. Parte esencial de la primera ola reggaetonera, William Omar Landrón pasó unos años como pastor de la Iglesia Evangélica Restauración en Cristo en Bayamón, Puerto Rico, antes de grabar “Instinto Criminal”, su primer tema secular. Junto a Luny Tunes y otros pioneros, definió el reggaetón sobre las bases del dancehall jamaicano, el hip-hop y estribillos melódicos que rebajaban la tensión entre estrofa y estrofa. Sus primeros éxitos, temas tan efervescentes como “Dale Don Dale” o “Dile”, ya reflejaban la influencia de la bachata, los ritmos tropicales y los derivados del son cubano. Con la participación de Daddy Yankee y Héctor El Father, The Last Don (2003) es un debut esencial y uno de los álbumes más influyentes en lo que hoy denominamos música urbana. King of Kings, lanzado tres años después, es aún más expansivo y añade el merengue y el bolero al creciente arsenal de un Don Omar cada vez más interesado en transmitir mensajes de calado social en sus letras. En iDon (2009) se alejó del canon urbano en favor de un pop electrónico en muchos sentidos adelantado a su tiempo. Sus álbumes más recientes continúan explorando los confines de la música tropical, de los acentos reggae de The Last Album (2019) a los ritmos de mambo y danzón que afloran en FOREVER KING (2023).