Formación clave en la escena alternativa de los 90, Green Day enseguida pasó de ser un enérgico trío de pop punk gamberro y protestón a sumergirse en el mainstream e ir madurando con propuestas que, sin dejar de lado las quintas y las melodías que les dieron la fama, revelan una banda con un bagaje cada vez más completo. La actitud anárquica y arrogante del punk de los 70 y un infalible olfato para las melodías constituyeron los cimientos sobre los que la banda californiana construyó el inconfundible sonido de sus primeros álbumes. Este abandonó las catacumbas del underground para siempre gracias a Dookie (1994), llevando el punk a los castos oídos de las nuevas generaciones y erigiendo a Billie Joe Armstrong (California, 1972) y sus secuaces como la banda más famosa del género después de los Sex Pistols. Tras varios trabajos en los que parecían limitarse a explotar su fórmula una y otra vez, en 2004 llegó el refrescante American Idiot, sin lugar a dudas el álbum con el que Green Day alcanzó la cima de su carrera. Presentado como la primera ópera punk, este más que solvente séptimo trabajo demostró la extraordinaria capacidad de regeneración de la banda. Hoy, dos décadas después y con álbumes como Saviors (2024), los californianos añaden a su espíritu punk toneladas de experiencia y nos siguen deleitando con trallazos directos y cargados de crítica social.