Con su majestuosa voz y un estilo a medio camino entre la iglesia y los grandes estadios, Whitney Houston (Newark, Estados Unidos, 1963) contribuyó a redefinir el R&B en las últimas décadas del siglo XX. Clive Davis, el legendario presidente de Arista Records, le ofreció su primer contrato en 1983 y, dos años después, su debut homónimo tomó las listas al asalto con baladas ardientes (“Saving All My Love for You”) y sencillos de ritmo efervescente (“How Will I Know”). Whitney, lanzado en 1987, la aupó definitivamente al trono del R&B de los 80 y definió el sonido que la acompañaría durante el resto de su carrera. La clave estaba en la mezcla de rompepistas tan irresistibles como “I Wanna Dance with Somebody (Who Loves Me)” y momentos de introspección romántica en los que su voz pasaba del susurro al desgarro con emocionante naturalidad. En 1992, protagonizó El guardaespaldas junto a Kevin Costner y la versión de “I Will Always Love You” de Dolly Parton que grabó para su banda sonora es hoy un clásico imprescindible en cualquier noche de karaoke. Ese mismo año se casó con Bobby Brown, con el que mantendría una relación tormentosa durante el resto de su vida. Sus álbumes de los 90 reflejan un acercamiento a sonidos más contemporáneos e incluyen colaboraciones con Missy Elliott y Mariah Carey. Llegado el nuevo milenio, se alejó de los focos hasta su regreso con I Look to You en 2009. Tres años después, su muerte puso fin a la carrera más fulgurante del R&B desde los tiempos de Aretha Franklin.