Horowitz se trasladó a los EE. UU. desde su Rusia natal en 1939 (once años después de su triunfal debut en el Carnegie Hall). Su técnica casi sobrehumana podía hacer agotar las entradas en cuestión de minutos y sus grabaciones se vendían como churros. Actuó y grabó a menudo con su suegro, Arturo Toscanini. Fue un campeón interpretando a Rachmaninov y uno de los pocos pianistas que merecieron ser comparados con el compositor. La mayoría de sus grabaciones fueron para RCA y Columbia, aunque disfrutó de un veranillo de San Martín en sus últimos cuatro años grabando para DG.