Tras consolidarse con su debut en 1991, los angelinos Cypress Hill llegaron al gran público con Black Sunday, un álbum que mantiene las cualidades que hicieron de su predecesor un clásico, pero con una atmósfera más relajada y melodías más pegadizas. “I Wanna Get High” marca el tono desde el principio con los samples de DJ Muggs, que combina tres canciones para crear un sonido que evoca grandes nubes de humo. La atmósfera cannábica continúa en “Legalize It” y “Hits From the Bong” (con un guiño memorable a la canción de Dusty Springfield “Son of a Preacher Man”), pero Black Sunday tiene también momentos amenazantes. “Cock the Hammer”, “I Ain’t Goin’ Out Like That” y “Lick a Shot” son frenéticos himnos de fiesta, mientras que los ritmos ardientes de “3 Lil’ Putos” y “What Go Around Come Around, Kid” exudan carisma gangsta con calma naturalidad. Incluso en los pasajes más febriles, los ritmos implacables de Muggs son el ancla que evita el naufragio. La química del trío llega a su punto de ebullición en “When the Shit Goes Down” y la inmortal “Insane in the Brain”, dos bombazos que ejemplifican sus mayores virtudes.