Iggy Pop nos ha acostumbrado a las sorpresas en la última década. Pocos esperaban sus dos feroces álbumes con The Stooges o los clásicos de la canción francesa de Après, pero nada podía prepararnos para Post Pop Depression. Escrito y grabado mano a mano con Josh Homme (Queens Of The Stone Age, Eagles Of Death Metal) en el desierto californiano, el álbum esconde referencias a los años berlineses de Iggy y sus colaboraciones con Bowie en el ritmo esquelético de “Gardenia” o el regreso al pasado de “German Days”. Y sin embargo no hay rastro de nostalgia: el cuarteto (que completan el Arctic Monkey Matt Helders y Dean Fertita de Dead Weather) suena urgente y esencial en temas de aristas afiladas y espíritu aventurero. Iggy, que se mueve entre el arrebato vitriólico y los recitados seductores con la naturalidad de quien ha inventando sus propias reglas, se deja llevar por los contundentes riffs de Homme con los ojos cerrados y el pie en el acelerador. Post Pop Depression es la obra de un artista que sigue apostado en el filo del rock y se resiste con uñas y dientes a quedar atrapado por su propia leyenda.