Desde sus comienzos como una orquesta autónoma de medio tiempo hasta su impactante éxito internacional, la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham (CBSO) demostró poseer un gran talento para la adaptación. Mientras que nunca perdió su notoria calidez y energía, la agrupación modificó el sonido de acuerdo a sus directores. Es así que la chispa de George Weldon (1944-1951), la alegría de vivir de Louis Frémaux (1969-1978) y el detallismo meticuloso de Simon Rattle (1980-1998) fueron componentes vitales de su identidad corporativa. Ideada por el compositor Granville Bantock y el futuro primer ministro del Reino Unido Neville Chamberlain, la Orquesta de la Ciudad de Birmingham, como se la llamó inicialmente, fue fundada en 1920. Desde el principio apoyó la música contemporánea mediante interpretaciones de Holst y Bax, y fue la primera orquesta que se interesó en la educación infantil, con una serie de conciertos los sábados por la tarde. Su director titular Adrian Boult presentó el primer recital transmitido al aire libre el 7 de octubre de 1924. Con la llegada de Frémaux a fines de los 60, empezó a conocerse como “la mejor orquesta francesa del mundo”. Pero fue la titularidad de Rattle durante 18 años lo que la elevó a lo más alto de la escena internacional, con distinguidas grabaciones de Mahler, Szymanowski y Britten, junto a composiciones modernas de Thomas Adès y Mark-Anthony Turnage.