Inspirado en el folclore popular de su patria, Edvard Grieg forjó un singular estilo creativo que estableció firmemente a Noruega en el mapa musical. Nacido en la ciudad costera de Bergen en 1843, Grieg inicialmente parecía destinado a seguir una carrera convencional como compositor, habiendo estudiado en el Conservatorio de Leipzig. Sin embargo, su contacto con el compositor nacionalista Rikard Nordraak lo convenció de que su futuro se encontraba en Noruega. En un frenesí de inspiración, compuso su Concierto para piano y orquesta en la menor, op. 16 (1868), cuyo movimiento final incluye una halling al estilo noruego, una jubilosa danza folclórica que se toca en las bodas, que después se transforma en un springdans o baile de primavera. Publicó una serie de 10 libros con obras para piano, las Piezas líricas (1867-1901), cuyo exquisito encanto incluye Danza de los elfos y Melodía noruega, que lo prepararon para sus obras más extensas. Todo lo que Grieg compuso desde entonces hasta su muerte en 1907: las inolvidables viñetas para la obra teatral de Henrik Ibsen Peer Gynt (1876), las introspectivas Dos melodías elegíacas, op. 34 para cuerdas (1881) y las majestuosas Danzas sinfónicas, op.64 (1897), parece destilar la esencia misma de la cultura musical noruega.