Fundada en 1896, la Orquesta Sinfónica de Pittsburgh alcanzó su elevado estatus al hacer accesible la música clásica de alta calidad a todos los públicos. En la práctica, eso se traduce en lanzamientos como Cinema Serenade (1997), una colección evocadora de temas de películas interpretados con la sensible precisión del violinista Itzhak Perlman y el reconocido compositor John Williams, así como programas de temporada variados con obras de grandes maestros como Tchaikovsky, Mozart y Holst. Gran parte del éxito de la Sinfónica de Pittsburgh desde sus inicios se debe a sus carismáticos y visionarios líderes. Su primer director fue el compositor de ópera cómica Victor Herbert, que cautivó al público con su estilo vivaz. Más tarde, en la época de la Segunda Guerra Mundial, llegaron Fritz Reiner, un perfeccionista que consiguió que sus instrumentistas ofrecieran pulcras interpretaciones, y el compositor André Previn, ganador de varios premios Oscar que aportó conocimientos de piano de jazz y un toque de modernidad a la orquesta. Su sucesor, Lorin Maazel, continuó impulsando la organización hacia la era contemporánea, supervisando giras internacionales y garantizando intérpretes de talla mundial en roles fundamentales. A medida que la orquesta superó su centenario, siguió esforzándose por conseguir audiencias más numerosas y eventos musicales más ambiciosos. El premiado compositor Marvin Hamlisch se incorporó como su director titular de música popular y la organización se convirtió en la primera orquesta estadounidense en actuar en el Vaticano, con un concierto para el Papa Juan Pablo II en 2004.