Microrelatos de misterio
Descripción editorial
La señora Mirlo yacía en la cama con un puñal en el pecho. El cuerpo aún estaba caliente por lo que el asesino estaba todavía en la casa. Aquella noche se había celebrado una pequeña reunión de amigos y ninguno de ellos había abandonado el lugar. El señor Mirlo era el anfitrión que, junto con su ya difunta esposa, había recibido al señor y la señora Prado, el señor Mostaza y la señorita Amapola. Cinco sospechosos con oscuros motivos para hacerlo. ¿Quién sería?
Reseñas de clientes
Cecegrra
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Rápido
No me gusto los casos sin chiste