Amor y misericordia: Faustina

Comienza con Santa Faustina antes de que Cristo la llamara a la vida religiosa y la sigue, ya que no solo responde al llamado de Cristo, sino que recibe la imagen de la Divina Misericordia en una visión en 1931 en una pequeña ciudad en Polonia. La imagen no se convierte en una realidad tangible hasta años después, cuando su confesor convence a un artista local para pintar la imagen. Si bien Santa Faustina no viviría para ver al mundo venerar la imagen de la Divina Misericordia, su confesor buscó la aprobación del Vaticano y se encontró con muchos obstáculos. No fue hasta que el Papa Juan Pablo II se interesó en la imagen y la historia de Santa Faustina que la imagen se difundió por todo el mundo. Además, el análisis científico único que se muestra en "Amor y misericordia: Faustina" demuestra que Santa Faustina vio a Cristo en su visión.