La insaciable curiosidad y entusiasmo ante todo lo relacionado con la música del violinista, violista y director de orquesta Yehudi Menuhin hizo que sus interpretaciones rebosaran vitalidad hasta el final de su productiva y larga carrera. Nacido en Nueva York en 1916, causó sensación por sus precoces apariciones como niño prodigio ejecutando un repertorio exigente con facilidad asombrosa. En su adolescencia, Menuhin ya tocaba con la intensidad conmovedora de un maestro consagrado. Todo en él era instinto puro. Más adelante, cuando empezó a pensar seriamente en cómo alcanzaba sus milagros, su forma de tocar perdió ocasionalmente el brillo de antaño. Sin embargo, musicalmente pasó a un nivel superior, actuando con una riqueza y una humanidad únicas y muy valiosas. Asimismo, empezó a dar cabida a nuevas experiencias e iniciativas musicales, como la creación de una innovadora escuela de música en Stoke d’Abernon, Surrey (Reino Unido); la interpretación de dúos de jazz con el violinista francés Stéphane Grappelli; la improvisación de ragas con el citarista indio Ravi Shankar y la dirección de la Filarmónica de Berlín desde una postura de yoga. Menuhin murió en Berlín en 1999, a los 82 años, dejando un vasto repertorio grabado que incluye versiones inigualables de conciertos por mucho tiempo ignorados de Bloch, Delius y Nielsen.