“Creo que llega un momento en la vida de cualquier artista en el que tienes que hacer algo sin pensar en tu público, el éxito o las giras”, declaraba Miley Cyrus en una entrevista con Apple Music en 2018. En realidad, su camaleónica carrera ha tenido muchos de esos momentos. Desde que superó los límites del pop adolescente con el que llegó a la fama, la hija de la estrella country Billy Ray Cyrus nunca se ha quedado quieta. Su himno veraniego de 2009, “Party In the U.S.A.”, fue el primer aviso de su llegada a la edad adulta, que quedó definitivamente reflejada cuatro años después en Bangerz. Este álbum la convirtió en un ícono con incursiones en el rap del Dirty South y canciones tan maduras como “Wrecking Ball”. Miley Cyrus siempre ha expresado sus opiniones sin miedo a la reacción del público, desde su pansexualidad hasta las bondades de la marihuana, una actitud de vida que traslada también a la voracidad musical que define su trabajo. En Miley Cyrus & Her Dead Petz (2015) reclutó a miembros de The Flaming Lips para explorar caminos psicodélicos, mientras que Younger Now (2017) es un paseo por el pop de raíces country con una aparición inolvidable de su madrina Dolly Parton. Tras unos años de colaboraciones que van del rock electrónico de Phantogram al dance emocional de Mark Ronson, se reinventó con el rock de los 80 como punto de referencia en el eléctrico Plastic Hearts de 2020.