La orquestación rica en expresividad, narración apasionante y sus melodías tanto inolvidables como conmovedoras, han convertido a Puccini en uno de los compositores más populares de la historia de la ópera. Nació en Lucca, Italia, en 1858, en el seno de una familia de intérpretes de iglesia y se interesó en la ópera a edad temprana. Le Villi (1884), su primera aportación al género, se presentó de nuevo en el prestigiado teatro La Scala de Milán cuando tenía 26 años. Sin embargo, fue una trilogía de obras compuesta a mitad de su carrera la que realmente estableció su reputación. La bohème (1896), Tosca (1900) y Madama Butterfly (1904) tuvieron un éxito fenomenal y se convirtieron en títulos esenciales para la taquilla de la ópera a nivel internacional. En ocasiones, la crítica ha mencionado con sutileza los incómodos niveles de sufrimiento que impone a sus personajes femeninos y ha señalado la apropiación cultural en obras como Madama Butterfly y Turandot, su ópera final, estrenada en 1926 a pesar de haber quedado inconclusa. No obstante, el público se ha mantenido fiel al estilo emotivo y sincero de Puccini y poca gente cuestiona su condición como el más refinado compositor italiano de ópera desde Verdi.