7 episodes

Populares programas de 4 minutos que comienzan con una anécdota o historia y terminan con una aplicación moral y espiritual. Se han transmitido de lunes a sábado durante más de 40 años. Actualmente se difunden más de 4 mil veces al día en 30 países en la radio, la televisión y la prensa, y ahora via Internet en Conciencia.net.

Un Mensaje a la Conciencia ahp@conciencia.net (Hermano Pablo y Carlos Rey)

    • Spirituality

Populares programas de 4 minutos que comienzan con una anécdota o historia y terminan con una aplicación moral y espiritual. Se han transmitido de lunes a sábado durante más de 40 años. Actualmente se difunden más de 4 mil veces al día en 30 países en la radio, la televisión y la prensa, y ahora via Internet en Conciencia.net.

    Algo explicable, pero no disimulable

    Algo explicable, pero no disimulable

    (Víspera del Día Internacional de los Monumentos y de los Sitios)

    Cuando era presidente del Consejo de Ministros, don José Sánchez Guerra recibió la noticia de que el Ayuntamiento de un pueblo vecino había decidido, por unanimidad, darle su nombre a una plaza. El anciano político, cargado de años de experiencia, se quedó pensativo un rato y luego, con una sonrisa dibujada en el rostro, contestó en estos términos:

    «Miren ustedes, les agradezco el honor que me hacen; pero me molestaría mucho que, en un cambio de gobierno cualquiera, se le antojase a alguien echar mi nombre por la borda y dedicar la plaza a cualquier otro hombre político. Les sugiero que, para mayor seguridad, el nombre sea PLAZA DEL PRESIDENTE DEL CONSEJO DE MINISTROS, y así servirá siempre.»

    En su comentario al respecto, el historiador español Carlos Fisas explica que decidió incluir esta anécdota en su obra titulada Historias de la historia debido a los cambios recientes que se habían dado en los nombres de las calles de ciudades y pueblos de España. Él dice que quienes hacen los cambios alegan que contribuyen a terminar con los odios y a lograr la hermandad de todos los españoles. Pero él no está de acuerdo con ese punto de vista. «Si se quiere de verdad terminar con los rescoldos de nuestra guerra civil —sostiene Fisas—, lo lógico es que al lado de una avenida del Generalísimo Franco hubiese otra dedicada a don Manuel Azaña, y junto a la plaza del General Miaja se encontrase la calle del General Mola. Lo demás —concluye el autor español— es puro revanchismo. Explicable, sin duda, pero no disimulable.»1

    Lo que Fisas tal vez esté dando por sentado, pero que no sobra decir, es que la verdadera hermandad en la raza humana, ¡que todavía a estas alturas de la civilización hace tanta falta!, comienza en el corazón. Al hombre lo podemos desarmar de toda arma mortal y hasta de títulos y nombres que ofenden a determinados grupos, pero si no vamos al meollo del problema —el corazón humano—, no lograremos nada que perdure. Si no contrarrestamos la causa, no eliminaremos el efecto. Y la causa es un corazón contaminado del odio, del egoísmo y de toda clase de inmundicia. La única solución la tiene Dios. Sólo Él puede purificar ese corazón sin igual que creó.

    La buena noticia es que Dios no sólo puede, sino que quiere purificar nuestro corazón, cambiándole el aceite con una transfusión completa. Basta con que clamemos a Él como lo hizo el rey David después de llegar al colmo del egoísmo, consciente de que Dios no desprecia al corazón quebrantado y arrepentido: «Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis transgresiones. Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado.... Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio.... Purifícame con hisopo, y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve.»2

    Carlos Rey
    Un Mensaje a la Conciencia
    www.conciencia.net



    1
    Carlos Fisas, Historias de la historia, Edición booket, 1997 (Barcelona: Editorial Planeta, 1983), p. 21.


    2
    Sal 51:1-2,7,10a,17b

    • 4 min
    ¿«Está bien internarla en un hogar de ancianos»?

    ¿«Está bien internarla en un hogar de ancianos»?

    En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos:

    «Mi madre ya es anciana y requiere cuidados especiales. Mis hermanas y yo hemos tratado de [cumplir con ese deber], pero yo quisiera tenerla conmigo siempre. Soy casada y tengo dos hijos....

    »Una de mis hermanas me ha aconsejado llevarla a un hogar de ancianos donde la cuiden, pero no estoy de acuerdo. Considero que nosotras sus hijas podemos cuidarla aún. Me gustaría saber si está bien internarla en tal hogar, o si tenemos la responsabilidad como hijas de honrar a nuestros padres mientras estén aquí en la tierra. Nuestra madre fue una mujer que nos sacó adelante a todas.»

    Este es el consejo que le dio mi esposa:

    «Estimada amiga:

    »Lamentamos tener que decirle que no hay una respuesta que sea necesariamente correcta o incorrecta para lo que usted quisiera saber. Si bien es cierto que los Diez Mandamientos dicen que debemos honrar a padre y madre, la honra consiste en mucho más que el lugar donde deben vivir.

    »Hay varios factores que contribuyen a que sea imposible definir la honra de tal manera que se aplique a todo tiempo y a toda cultura a través de la historia.... Aun hoy, en distintas regiones del mundo y de ciertos países, las circunstancias no son iguales. Por lo general, los que viven en zonas rurales tienen espacio para que vivan juntas varias generaciones, mientras que los que viven en las ciudades pudieran tener que vivir a duras penas en apartamentos muy pequeños....

    »Las familias difieren además en cómo están compuestas.... Algunos se han casado y tienen hijos que aún viven con ellos, mientras que otros tienen hijos que viven por su propia cuenta. Algunos de estos ambientes familiares son mejores que otros para los ancianos.

    »Debido a todas esas diferencias y otras más, no tiene sentido afirmar que todos los hijos deben turnarse para que sus padres ancianos vivan con ellos. Sin embargo, lo ideal es que cada hijo e hija sea responsable de aportar sustancialmente, ya sea tiempo, dinero o ambas cosas. El honrar a padre y madre consiste en preocuparse por ellos, ser considerados y compasivos, y mantenerse involucrados.

    »Hay padres y madres que prefieren vivir en un lugar aparte de sus hijos adultos, donde hay atención constante y servicios médicos a su disposición. Cuando esa clase de hogar está disponible y es asequible económicamente, los hijos y las hijas de esos padres pueden aun así preocuparse por ellos, ser considerados y compasivos, y mantenerse involucrados.

    »Muchas circunstancias de la vida pueden ser justas sin ser iguales. Es mejor que no trate de comparar el valor de sus esfuerzos o de su apoyo económico con el de sus hermanas. Demuéstrele a su mamá la honra que usted siente por ella, sin que importe si sus hermanas hacen lo mismo.»

    Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 795.

    Carlos Rey
    Un Mensaje a la Conciencia
    www.conciencia.net

    • 4 min
    El fútbol y las profecías de mal agüero

    El fútbol y las profecías de mal agüero

    (13 de abril: Aniversario de la Muerte de Freddy Rincón)

    «Todo el mundo sabe que da mala suerte pisar un sapo, pisar la sombra de un árbol, pasar por debajo de una escalera, sentarse al revés, dormir al revés, abrir el paraguas bajo techo, contarse los dientes o romper un espejo. Pero en los dominios del fútbol, esa lista se queda muy corta», dice el escritor uruguayo Eduardo Galeano en su obra titulada El fútbol a sol y sombra, en la que hace un nostálgico recorrido de la historia del fútbol y de sus mejores exponentes en 151 capítulos breves.

    «Una noche de mucha lluvia, mientras moría el año 1937, un hincha enemigo enterró un sapo en el campo de juego del club Vasco da Gama, y lanzó su maldición: ¡Que el Vasco no salga campeón en doce años! ¡Que no salga, si hay un Dios en los cielos!

    »Arubinha se llamaba este hincha de un cuadro humilde, que el Vasco da Gama había goleado 12 a 0. Escondiendo un sapo, de boca cosida, en tierras del vencedor, Arubinha estaba castigando el abuso.

    »Durante años, hinchas y dirigentes buscaron el sapo en la cancha y en sus alrededores. Nunca lo encontraron. Acribillado de pozos, aquello era un paisaje de la luna. El Vasco da Gama contrataba a los mejores jugadores de Brasil, organizaba los equipos más poderosos, pero seguía condenado a perder.

    »Por fin, en 1945, el club ganó el trofeo de Río [de Janeiro] y rompió la maldición. Había salido campeón, por última vez, en 1934. Once años de sequía:

    »—Dios nos hizo un descuentito —declaró el presidente [refiriéndose a que faltaba un año para que se cumplieran los doce años de la maldición].»1

    Y a propósito de los pronósticos de infortunio, Galeano también cuenta la siguiente historia:

    «Freddy Rincón, el gigante negro de la selección de Colombia, defraudó a sus numerosos admiradores en el Mundial del 94. Él jugó sin poner ni un poquito de entusiasmo. Después se supo que no había sido un problema de falta de ganas, sino de exceso de miedo. Un profeta de Buenaventura, la tierra de Rincón en la costa colombiana, le había cantado los resultados del torneo, que se dieron exactamente como predijo, y le había anunciado que se rompería una pierna si no tenía mucho, mucho cuidado. “Cuídate de la pecosa —le dijo, refiriéndose a la pelota—, y de la hepática, y de la sangrienta”, aludiendo a la tarjeta amarilla y a la tarjeta roja de los árbitros.»2

    Lo cierto es que hay una explicación lógica para estos dos casos que cuenta Galeano. Ambos son ejemplos de profecías de mal agüero que se cumplen debido a la convicción negativa de las personas aludidas o de su manera fatal de ver las cosas, y mediante actos conscientes o inconscientes de su parte.

    Sin embargo, es importante reconocer que las profecías de buen augurio también se cumplen, y por las mismas razones. Así como se cumple el decirse uno mismo: «Es probable que yo tenga un día pésimo», también se cumple el profetizarse: «¡Me espera un día buenísimo!» Más vale entonces que todos, tanto los astros del deporte como el público que los aplaude, nos unamos al sentimiento del salmista de Israel y digamos: «Este es el día que ha hecho el Señor; gocemos y alegrémonos en él.»3

    Carlos Rey
    Un Mensaje a la Conciencia
    www.conciencia.net



    1
    Eduardo Galeano, El fútbol a sol y sombra (México, D.F.: Siglo Veintiuno Editores, 1995), p. 71.


    2
    Ibíd, p. 73.


    3
    Sal 118:24 (La Biblia Latinoamericana)

    • 4 min
    Diez años con suegro alcohólico y suegra buscapleitos

    Diez años con suegro alcohólico y suegra buscapleitos

    En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos:

      «Soy una madre de dos bellos hijos, y casada por doce años. Pero tengo un dolor en el corazón con mi cónyuge.

    »Viví diez años con mis suegros. Fueron unas personas muy malas conmigo: mi suegro, alcohólico, y mi suegra, chismosa y buscapleitos.

    »Mi esposo nunca me defendió, nunca hizo nada para salir de ahí.... Ahora vivimos solos, pero el dolor está latente porque mi esposo nunca cumplió su rol. ¡Necesito tener paz!»

    Este es el consejo que le dio mi esposa:

    «Estimada amiga:

    »Sentimos mucho que no tenga paz. Era de suponer que el haberse mudado de la casa de sus suegros le hubiera traído la paz que tanto anhela.

    »Usted dice que su esposo nunca hizo nada para salir de aquella casa, y sin embargo ahora los dos están viviendo solos. ¿Cómo sucedió eso? ¿Acaso logró usted reunir los recursos necesarios por sí sola? ¿Lo convenció de que dejara a los padres sin que él lo quisiera? Como no sabemos lo que sucedió, sólo podemos suponerlo.

    »De cualquier manera, no importa lo que haya llevado a que usted y su familia se mudaran de la casa de sus suegros, ya que lo hecho, hecho está. Eso ahora corresponde al pasado, y usted tiene la oportunidad de crear el futuro que siempre ha soñado....

    »Lamentablemente, lo que usted está sintiendo la está desviando de lo que le conviene. Tal como hemos dicho muchas veces, no puede uno fiarse de los sentimientos. Es que estos vienen de los pensamientos, y con frecuencia los pensamientos son parciales o hasta mal informados.

    »En el caso suyo, usted tuvo diez largos años para elaborar en sus pensamientos un juicio contra su esposo, y esos pensamientos no han dejado de estar amontonados en su mente, a pesar de que ya no están viviendo con sus suegros. Día tras día usted ha estado examinando mentalmente la “evidencia” que tiene, repasando una y otra vez cada ofensa de la que considera culpable a su esposo. Ese examen ha estado ocupando mucho espacio en su mente, y no le queda tiempo para recordar todas las cualidades positivas de su esposo ni para estar agradecida por todo lo bueno de lo que usted sí disfruta.

    »La paz es una decisión que se toma. Usted puede optar por rechazarla al recordar de continuo los defectos de su esposo, u optar por perdonarlo y aceptarlo tal como es, concentrándose en sus buenas cualidades y recordando por qué decidió casarse con él.

    »Para curar la falta de paz que usted siente, el apóstol Pablo formuló una receta al enseñar que debemos llenar nuestra mente de pensamientos buenos y dignos de admiración y de elogio.1 Si de veras desea tener paz, le recomendamos que siga esa fórmula.»

    Con eso termina lo que recomienda Linda, mi esposa. El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, se puede leer si se ingresa en el sitio www.conciencia.net y se pulsa la pestaña que dice: «Casos», y luego se busca el Caso 666.

    Carlos Rey
    Un Mensaje a la Conciencia
    www.conciencia.net



    1
    Fil 4:8

    • 4 min
    «El primer beso»

    «El primer beso»

    (Víspera del Día Internacional del Beso)

    Yo ya me despedía... y palpitante,
    cerca mi labio de tus labios rojos,
    «Hasta mañana», susurraste;
    yo te miré a los ojos un instante,
    y tú cerraste sin pensar los ojos,
    y te di el primer beso: alcé la frente
    iluminado por mi dicha cierta.

    Salí a la calle alborozadamente
    mientras tú te asomabas a la puerta
    mirándome encendida y sonriente.
    Volví la cara en dulce arrobamiento,
    y sin dejarte de mirar siquiera,
    salté a un tranvía en raudo movimiento;
    y me quedé mirándote un momento
    y sonriendo con el alma entera,
    y aún más te sonreí... Y en el tranvía
    a un ansioso, sarcástico y curioso,
    que nos miró a los dos, con ironía
    le dije poniéndome dichoso:
    «Perdóneme, señor, esta alegría.»1

    Titulado «El primer beso», este poema es uno de los favoritos de quienes hemos tenido la dicha de disfrutarlo por escrito o declamado, sobre todo a los que nos encanta lo romántico y tenemos en alta estima a su autor mexicano Amado Nervo, considerado el poeta del amor puro y sincero. ¡Qué bien le viene al corazón recordar su primer beso, y más aún como manifestación de un primer amor febril y a la vez inocente! ¡Y qué bien que en estos versos el autor ocupe solamente los primeros seis para describir ese primer beso que le dio a la encantadora joven de sus sueños, mientras que dedica los catorce versos siguientes a una descripción apasionada de la dicha que sintió como resultado! No hay duda de que lo que más le importa a Nervo es representar la incomparable alegría que le produjo aquella experiencia inolvidable.

    Algo parecido sucede con respecto al primer amor que experimentamos cuando comenzamos a cultivar una relación íntima con Dios. Para que podamos tener esa relación, es necesario derribar la barrera del pecado que nos ha separado de Él. Pero gracias a Dios, Él nos ha venido cortejando con el fin de mostrarnos que nos ama tanto que envió a su Hijo Jesucristo al mundo para pagar el castigo de nuestro pecado al morir en nuestro lugar. Lo único que pide de nosotros es que aceptemos esa prueba de su amor infinito, confesándole nuestros pecados y pidiéndole perdón.2 Ese es el momento del primer beso espiritual, que es como el primer beso físico en el sentido de que es la señal que demuestra que el amor es correspondido. Y como resultado, la dicha que siente Dios se desborda hasta llegar al cielo, donde Él se alegra junto con sus ángeles. Jesucristo mismo describe lo que ocurre al afirmar que hay más alegría en el cielo por un solo pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse.3

    En realidad, no debiera extrañarnos en absoluto semejante alegría celestial. Cuando correspondemos al amor de Dios con el primer beso espiritual de arrepentimiento de nuestro pecado, Él no puede menos que alegrarse por otra muestra de que no fue en vano el sacrificio de Jesucristo por nosotros. Y al observarlo, nosotros no podemos menos que decir: «¡Gracias, Señor, por esa alegría!»

    Carlos Rey
    Un Mensaje a la Conciencia
    www.conciencia.net



    1
    Amado Nervo, «El primero beso», 200 Poemas de Amor, Vol. 2 (Spanish-USA.com & Spanish Solutions LLC, 2018), poema 61.


    2
    Jn 3:16; 1Jn 1:9


    3
    Lc 15:1-10

    • 4 min
    «¿Podría haber otra oportunidad?»

    «¿Podría haber otra oportunidad?»

    En este mensaje tratamos el caso de un hombre que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net y nos autorizó a que lo citáramos, como sigue:

    «Tengo una novia y nos congregamos en una misma iglesia. Siento que la amo mucho.... Hemos estado saliendo y, en una de esas, caímos. En realidad, no tuvimos relaciones sexuales, pero sí nos hemos tocado. Me da mucha vergüenza decirlo así.... Le fallé a Dios. Me siento culpable y muy mal por faltarle el respeto a ella. Yo me quiero casar con ella....

    »¿Será que podría haber solución para acercarme a Dios? ¿Y será que podría haber solución con mi novia? ... ¿Podría haber otra oportunidad? La verdad, amo a mi novia.»

    Este es el consejo que le dio mi esposa:

    «Estimado amigo:

      »Solamente los que están familiarizados con las leyes de Dios comprenderán por qué se siente usted culpable. Los que conocen la Biblia, como usted, saben que Dios diseñó las relaciones sexuales de modo que se dieran sólo entre un hombre y una mujer que se han comprometido en matrimonio. Como usted aún no está casado, sabe que quebrantó la ley de Dios al tener esa intimidad con su novia, y eso es lo que está haciendo que se sienta culpable.

    »Algunos pudieran pensar que se siente culpable debido a lo vengativo que es Dios. Piensan que demanda demasiado de sus seguidores, y que no tiene nada de malo la actividad sexual antes del matrimonio. Piensan que Dios simplemente quiere vengarse porque usted lo enojó.

    »A diferencia de ellos, usted sabe que Dios lo ama y que sus leyes divinas están diseñadas para protegerlo. Así como los niños están protegidos por una cerca alrededor de un parque, los seguidores de Dios lo están por la cerca virtual que consiste de sus leyes. Cuando usted y su novia decidieron poner su confianza en Dios y seguirlo, también decidieron esforzarse al máximo por obedecer sus leyes.

    »Sin embargo, no hay persona alguna que pueda siempre cumplir con todas las leyes de Dios. El apóstol Pablo enseñó que todos nosotros somos pecadores y que cada uno quebranta las leyes divinas.1 Los que somos seguidores de Cristo tratamos de pecar cada vez menos con el paso del tiempo. Cuando aun así pecamos, volvemos a pedirle a Dios perdón, en el nombre de su Hijo Jesucristo, y comenzamos de nuevo.

    »Lamentablemente, si bien Dios nos perdona, Él no elimina las consecuencias de nuestro pecado. Una de las consecuencias del pecado sexual es que el cerebro emite las hormonas que producen placer, y una vez que uno ha experimentado esas hormonas, es sumamente difícil portarse como si nunca hubiera sucedido.

    »Por eso, si usted sabe que esta es la mujer con la que quiere casarse, y si los ingresos de ambos bastan para que vivan por su cuenta, entonces le recomendamos que se casen lo más pronto posible.... Si no... entonces la única solución es decidir no volver jamás a estar juntos solos en un lugar privado.»

    Con eso termina lo que Linda, mi esposa, recomienda en este caso. El caso completo puede leerse con sólo pulsar la pestaña en www.conciencia.net que dice: «Casos», y luego buscar el Caso 794.

    Carlos Rey
    Un Mensaje a la Conciencia
    www.conciencia.net



    1
    Ro 3:23

    • 4 min

You Might Also Like

Un Momento con Alberto Mottesi
Alberto Mottesi
Vision Para Vivir
Carlos Zazueta
Podcast El Lugar de Su Presencia
El Lugar de Su Presencia
Dante Gebel Live
Dante Gebel
EL AMOR QUE VALE on Oneplace.com
Dr. Adrian Rogers
A Través de la Biblia @ ttb.twr.org/espanol
Thru the Bible Spanish