De todas las bandas surgidas de la explosión grunge a finales de los 80, Alice In Chains trajo consigo el lado más oscuro del género. Lejos de las melodías pop de Nirvana o los riffs panorámicos de Pearl Jam, Dirt es un descenso eléctrico a las simas del infierno. Sobre guitarras que invocan las amenazantes tinieblas de Black Sabbath y una sección rítmica de devastadora precisión, la voz de Layne Staley decide inmortalizarse tras entregar una lista de canciones con sus insondables emociones.